Cómo decorar tu casa con piedras semipreciosas

Las piedras semipreciosas y preciosas siempre han estado muy presentes entre los seres humanos, que les han dado diferentes usos a lo largo del tiempo: ornamentación, misticismo, sanación, decoración.

A cada piedra se le atribuye una serie de particularidades en función de sus características más intrínsecas, que se asocian a propiedades para atraer el amor, la salud, el dinero o alejar la tristeza, las malas energías, etc.

Además son unos elementos excepcionales para utilizarlos a modo de decoración.

A continuación te damos una serie de ideas:

Decora tu salón con minerales y piedras semipreciosas

Es importante tener en cuenta el estilo y colores empleados en la decoración actual de tu casa para elegir una piedra semipreciosa u otra.

Si la estancia (bien sea el salón o la habitación) tiene el color rojo combinado con blanco o negro, la piedra granate o rubí es ideal para utilizarla como elemento decorativo. Este tipo de piedras promueven la vitalidad, pasión y calor. Puedes combinarla con una piedra ónix negra que ayuda a repelar la negatividad.

Si tienes una decoración que evoca a la naturaleza, con tonos claros combinados con madera, el cuarzo rutilado o ahumado te va a combinar muy bien. Te ayudan a resolver problemas y promueven la calma y la serenidad.

Si en la estancia utilizas colores como el verde o el azul (por ejemplo a modo de diseño nauty o decoración marinera), sin lugar a dudas el zafiro, la turquesa o el lapislázuli van a encajar a la perfección. Estas piedras aportar felicidad, conocimiento y sabiduría.

El jade o ágata verde también van a quedar muy bien.

Y si el color predominante es el rosa, tu mejor opción va a ser el cuarzo rosa que aporta paz, serenidad, bienestar y calma.

En cuanto al mejor lugar para exhibir la piedra, es posible que no tenga una dimensión tan grande o suficiente como para lucirla por sí sola, por lo que puedes hacer una composición en un jarrón transparente. Aunque las drusas o geodas pueden llegar a tener un tamaño más que considerable como para lucirlas en su plenitud.